Mazeyra: La resembla y remembranza de sus libros en los pasajes de la vida
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Cuando era niño había escuchado a unos ancianos sentados en unas sillas del parque cerca de mi casa, que los eventos de la vida se repiten y que jamás alguien podría alcanzar la experiencia necesaria para poder predecir y prevenir algo preciado o algo que nos detuviera a hacer el siguiente movimiento de nuestras decisiones que afecten nuestra vida.
Los libros de Orlando Mazeyra para mi son esos pasajes en la vida, los recuerdos de alguna vivencia que hoy solo es como ver viejas fotografías, las recuerdas las extrañas por un momento y miras al frente para sentirte mejor posiblemente.
El gran estallido de sus personajes, las historias breves pero de gran impacto, son aquellos que llevan a analizar por instantes aquellos pasajes de nuestras vidas. Pero no solo es eso, si no que también son los eventos de cada historia los cuales te envuelven a seguir leyendo, a saber que paso, no como la historia llega a su fin, si no como los personajes van buscando su propio fin, en busca de una vorágine de malas sensaciones para seguir sus vidas, en las tranquilas y conocidas calles de Arequipa en su mayoría.
Como lo conocí
Por allá en el 2014 cuando estaba en la Universida La Salle, llevé un curso de comunicación con la profesora (Rita Valenzuela), ella estaba embarazada y comentó que las siguientes clases las dictaría Orlando Mazeyra, claramente averigüe quien era antes de que él dictará la clase, lo que me llevo a recordar que en el semanario Hildebrandt en sus trece publicaba Orlando en una de sus columnas de este interesante semanario.
Por cierto, estas clases de comunicación no se trataban de como aprender a escribir o sobre un análisis de algún libro y memorizar párrafos, era más de como comprender un texto y hacer una análisis en conjunto con un debate sobre ello, temas desde la psicología hasta libros de mayor preferencia propia, presenté en ese entonces la naranja mecánica.
Siendo sincero desde que entró Mazeyra a dictar las clases se volvió más interesantes, la temática, las preguntas que jugaban con tu moral, las lecturas en voz alta que hizo un par de veces y que rompía el tabú sobre decir alguna grosería en voz alta. Recuerdo un momento en el salón de clases que lo vi reír por que parecía muy serio, cuento la anécdota:
Orlando: Que opinan sobre el la violación y el aborto, ahora tú, dime que pasaría si te violarán saliendo de esta universidad, ¿abortarías?, ten en cuenta que estas iniciando tu vida universitaria.
Compañera del salón: No, no abortaría por que creo en Dios y es un pecado, tendría que tener el bebé y seguir adelante
Orlando: Pero es un hijo no deseado de un extraño y que llevas también su sangre, ¿segura que lo tendrías?, ¿como lo tomarían tus padres?
Christian: ¿Pero que pasaría si te violaría Christian?
Compañera del salón: Igual lo tendría
Orlando: ¿Quien es Christian?
Christian: Yo soy Christian
Risas de todos los compañeros y de Orlando.
Cuando nos compartió uno de sus fragmentos de Mi familia y otras miserias, fue impactante y de uno u otro modo el llamado de un viejo recuerdo de infancia. Sea cual sea simplemente era intrigante y claro el inesperado final que te dejaba con ganas de más.
Comparto unos cortos fragmentos de algunas historias, en lo personal hay palabras clave que te llevan de un libro a otro, existen conexiones en cada historia, pero no es necesario saber el orden si no el suceso así como en los lugares que pasan, un distrito, alguna que otra calle, las iglesias, lugares para libar y por supuesto, la plaza de armas.
Gracias Orlando por compartir la historias, por que en ellas transmites la sensación y el pensar de cada personaje, que de alguna manera me llevan brevemente al pasado a recordar sensaciones de viejas vivencias y preguntas. Como la frase que colocaste de Martín Amis en la historia de Es mejor hacerlo con agua mineral: "La verdad esta en la ficción. En ella es donde el termómetro espiritual da su medición exacta".
Fragmento de sus libros
Mi Familia y otras miserias
"... Fue un cambio de vida. Solté las amarras y descubrí que, asi como me lo hacían ami, yo también podía hacer daños a los demás: me convertí en otro y jamás volví a escribir en esa máquina. Que triste ha sido mi existencia: creo que aquél fue el mejor año nuevo de mi vida...".
Mi primera máquina de escribir
"... Antes de tomar el somnífero me prometo no morirme ni en este ni en ningún año venidero. La mentira más grande de todas. Amén...".
Año Nuevo
Urgente necesito un retazo de felicidad
"... Por eso tacharé el 30 de febrero... Pero si mañana no saben de mi ¡por favor!, eviten inundarse de desenlaces pesimistas, les juro que con mi pesimismo basta y sobra...".
Continuidad en Febrero
Bitácora del último de los veleros
"... Yo no sé nada de la vida. Solamente ando en casa, encerrado en mi cuarto viendo cómo mi mundo y el de los demás se cae a pedazos.."
La prosperidad reclusa
"... Y eso es lo que hago desde hace más de cuatro años: sé que ya falta poco y tengo la pared de mi dormitorio atiborrada de clavos. Uno más ¡que importa! Apenas me despido y cuelgo el teléfono, me dirijo allí y con ayuda del martillo incrusto con paciencia la pieza, recordando turbado el perfil de esa mujer que una vez arribó a mi vida."
El faquir y la equilibrista
Instrucciones para saltar al abismo
"...Cada tarde de pasos perdidos sin Micaela a mi lado (sin ella tomándome de la mano) es una eucaristía del tedio la comunión del desgano. «¿Recuerdas los días en que todas esta calles fueron nuestras»".
Noticia de año Nuevo
Unicornios y cocodrilos
"... A Francisco le escribo correos electrónicos, le digo que me avise cuando visite Arequipa, para conversar o tomar un café. Nunca me responde. Presiento que borra mis correos de su bandeja de entrada sin siquiera leerlos..."
El Diablo de Sachaca
Inmunidad de rebaño
"... Mientras espero a que pasen las horas, me pongo a escribir tratando de liberarme de la incertidumbre. Quiero sortear los malos pensamientos. Es inútil "
El niño de La Arboleda
"... La frase debió ser asi: «Si me faltas el respeto, te va a ir mal... , como a tu hermano». Si su padre tuviera los huevos bien puestos..."
Honrarás a tu padre
Itinerario de la melancolía
Estos son todos los libros que tengo hasta ahora de Orlando Mazeyra, siempre con aquellos personajes que abordan mucho por pensar sobre lo que hacemos, desde el núcleo familiar con defectos que forman y moldean nuestras mentes en cada situación y decisión, Micaela, el recuerdo de la persona tan maravillosa que forjó gran parte de nuestras vidas, Sosolín y Zico, el refugio, lealtad y el amor que damos sin retribuciones a pesar de las falacias de ser como somos, y otros personajes que finalmente evocamos el recuerdo de nosotros mismos buscando la prosperidad, o mejor dicho nuestro punto de vista de prosperidad a pesar de lo negativo que afrontamos día a día.